martes, 13 de abril de 2010

No puedo ignorar estos dos pensamientos que tuve hoy yendo a la facu. Porque ni estando apurada debido a una impuntualidad terrible, la boludéz se toma el atrevimiento de hacerse a un lado; insiste en cruzarse por tu mente en todo momento, incluso cuando solo tendrías que estar pensando una disculpa para decir al llegar.



Paraguas

"Salimos de la boca de subte como pequeños cazadores que preparan sus armas, las apuntan y luego disparan al cielo abierto."
Mentira, no pensé eso.
"Salimos del subte como con pequeños paracaídas, abiertos todos a la vez. Y aterrizamos en la ciudad mojada protegidos por nuestro velo. Qué divertido."


Spiderman

"No puedo bajar más estas escaleras. Debería haber una roldana (hasta miré hacia arriba en esa fracción de segundo como planeando ya una obra). No, ya sé: me tiro desde el primer escalón hasta el suelo con la esperanza de descubrir en el aire un superpoder como el del hombre araña y aterrizar no con un brazo roto o un pie dislocado, luego el llanto y las risas ajenas, sino con un salto fino que me deslice a la... terminal de tren? oh, Los Inrockuptibles... cuánto es?"

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