sábado, 23 de julio de 2011

Amy, Amy, Amy...

Algunos recordamos haber encendido la TV a fines del 2006, haber puesto el viejo canal de música Rock & Pop y haber visto a una extraña y llamativa mujer que a la primera escucha te enamoraba. Se trataba de Amy Winehouse, una de las cantantes inglesas, además de extravagante, más talentosa de los últimos tiempos que con tan solo dos discos logró establecerse en la historia del R&B para siempre.

Hoy los medios de comunicación colapsan una vez más con noticias de la jóven blussera de 27 años, pero las nuevas no son buenas: "La cantante Amy Winehouse ha sido encontrada muerta en su casa de Candem (norte de Londres)", informaba la prensa británica a las 14:00 hs de Argentina.

Amy debutó con el álbum Frank (2003) que recibió no solo excelentes críticas sino que tuvo grandes ventas, pero se consagró a nivel mundial con su segundo disco Back to Black (2006). Gracias al éxito del último, un álbum doble, sus canciones llegaron a nuestros pagos y nos llenaron de esperanzas de verla algún día arriba de un escenario porteño. Un cóver de The Zutons (Valerie) con los negros cachondos bailando enérgicos a su alrededor, una parte melosa y hasta angustiante del recital al repasar su excelente versión de To know him is to love him y un final nostálgico, recordando aquel día en que la conocimos: mientras sus piernitas flacas casi interminables en sus zapatitos de punta bailotean por el escenario al ritmo de Rehab-centro de atención de fans que intentan no solo admirar su cabellera de casi 30 centímetros de alto sino también el talento de una joven que ojalá hubiese escuchado los consejos de su viejo de ir a rehab.

El mes pasado sus fans tenían la horrible sensación de que algo malo podía suceder; Amy aparecía en un show en pésimas condiciones y era abucheada por el público de Serbia. Aquellas notas acerca de la muerte de Amy Winehouse tituladas como la Crónica de una muerte anunciada no están del todo erradas pero estaría bueno lamentar la muerte de un talento y listo. Lamentar que no vamos a tener la dicha de tenerla en la grilla de un show local o de encontrarla de casualidad en un barcito londinense en una escapadita a la gran Europa (?). Lo más grave -y egoísta, si se quiere- es que no tendremos el placer de oírla más, señores: Amy Winehouse no va a escribir más canciones que pegarán justo en el clavo de tu situación sentimental, no va a sacar más álbumes y no se va a presentar en ningún escenario más. Lloremos la pérdida y dejémosla descansar en paz.




Edit:

A casi dos semanas de su fallecimiento continúan las ¿polémicas?; la causa de su muerte sigue sin ser del todo clara. Las malas lenguas continúan al acecho contra la ahora denominada "se murió por drogada" y hasta acá, en Buenos Aires, hay quienes le rinden un intento de homenaje en un período que bien podría ser denominado Cuando Amy se revolcaba en su tumba.

Por otro lado, Mitch Winehouse, el padre de la cantante, regaló la semana pasada gran parte de los bienes de su hija a los admiradores que deambulaban cerca de la casa de Amy. También planea convertir a la casa de Candem, norte de Londres, en un centro de rehabilitación "para jóvenes con problemas tanto psíquicos y anímicos como, también, para atender problemas de salud". "Queremos lograr una diferencia positiva", explicó Mitch.