Mar del Plata Indie

Un grupo de adolescentes corría hacia el escenario y, mientras se sacudían la arena pegada, comenzaban a entonar el ya himno Time to Pretend de MGMT.

La banda estadounidense de Andrew VanWyngarden y Ben Goldwasser abrió el sábado 22 de enero la primera edición de La Fiesta de la P(epa), dos días de recitales gratuitos auspiciados por la empresa de telefonía celular Personal. Lejos de las playas más elegidas por los turistas en temporada, allí donde las líneas 21 y 11 de colectivos que se dirigen al Faro repletas de jóvenes sedientos de psicodelia gratuita terminan su recorrido, se preparaba una multitud que ya calentaba motores con el también esperado recital de Babasónicos en el escenario de Arena Beach, el parador de la Rock and Pop ubicado a menos de 100 metros del de Personal.

Pasadas las 18.00 hs, la hora de la cita, la muchedumbre se impacientaba en el Mute Club, pero bien hubiera valido la pena esperar cinco horas. Faltando casi quince minutos para las 19.00 Andrew VanWyngarden con su clásica vinchita en la cabeza y camisa desabotonada junto a Ben Goldwasser -de punta en blanco- eran el centro de atención de más de 40.000 personas. Un escenario tan paradisíaco como psicodélico; mar, atardecer, pies enterrados en la arena, un fan con una calza purpura que cubría todo su cuerpo y que recibió la frase de VanWyngarden: "God bless purple man", flores al público y mucho baile.

La banda repasó casi todos los temas de sus álbumes Oracular Spectacular (2008) y Congratulations (2010). A pesar de, en ocasiones, haber tenido que esquivar varias ojotas (!) que un público les arrojaba mientras el otro público abuchaba en señal de desaprobación, los de Brooklyn se mostraron simpáticos: bailaron al ritmo de Kids, canción con la que estalló -con bengala incluida- nuevamente la playa ya que algunos se habían olvidado de que un recital de MGMT estaba frente a ellos y se distraían saludando a un helicóptero amarillo que sobrevolaba la zona.

La fiesta duró más de una hora y dejó satisfechos a los jóvenes que luego se veían desolados buscando estadía en algún hotel o pidiendo aventones (como si en este país eso existiera) a falta de medios para volver a la vida real.

Foto @popurrí cósmico

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